Cosas no tan extrañas de una fantasía beatnik audible

Una infancia repartida entre barrios del conurbano, en la provincia de Buenos Aires, ayudó a forjar al personaje creador que ocupa esta página repleta de líneas interconexas entre el ruido y la delicadeza, entre el caos y el orden, ubicando minuciosamente cada cosa en su no-lugar. Algo así como un capricho entre la naturaleza y la artificialidad transitando en la vía que une las dudas con las certezas.

- ¿Dónde pasaste tu infancia y qué cosas quedaron en tu recuerdo de esa época?

- Nací en Caballito, pero viví mi infancia en Caseros y luego Ezeiza, Buenos Aires siempre. En Caseros recuerdo poder jugar en la vereda hasta la noche, los videojuegos en la avenida, el cine. Ezeiza era más agreste en esa época, quintas, terrenos baldíos. Vivimos bastante tiempo cercanos a una gran parte de la familia chilena por parte de mi madre que vinieron a Buenos Aires buscando salir de la opresión de la dictadura. Recuerdo la sensación de desolación, con la voz de Victor Jara... también movimiento... reuniones de mucha gente, guitarreos.... alguien dejó una o dos guitarras, mis viejos no tocan pero de algún modo hubo dos guitarras en la casa en mi infancia que aún recuerdo. También recuerdo mis perros, mis casettes de Breakdance y Ghostbusters, las tachas de mi muñequera. Mis fiestas de cumpleaños, mis sueños de guerras nucleares.

- ¿Cómo influyó tu infancia y el entorno en el que fuiste criado en la persona que eres ahora, en lo personal y artístico?

- Estuve expuesto a variedad de estímulos desde muy chico, por un lado estaba la escuela y lo que se ofrecía a mi generación, pero también estaba la presencia de lo colectivo y mucha gente alrededor. Después en la secundaria tenía una vida y luego iba a la ciudad y participaba en otras actividades, fiestas, recitales, alguna revista/fanzine, exposiciones. Ese ansia creo que me acompaña siempre. Me hallo bien en lugares tranquilos así como en las ciudades agitadas. Siento que pasé desde muy joven buscando descubrir nuevas y variadas expresiones, de ahí viene quizás lo ecléctico de lo que hago.

- ¿Cuándo te adentraste en la música?

- Alrededor de mis 8 o 9 años... empecé por un lado a estudiar guitarra con un profesor del barrio y mientras aprendía informática con una Commodore-64.No creo haber hecho más que algunos ruidos 8bit y haber aprendido a tocar la pentatónica en esa época, pero en ese momento ya estaba mezclando todo en mi cabeza. Sabía de la existencia de algo llamado MIDI y le preguntaba insistentemente a mi profesor pero no sabía, me enseñaba fundamentos de informática que en ese momento me aburrían pero hoy aplico en un modo creativo. También me interesaba la electrónica y desarmaba todo lo que podía. De adolescente renegué un poco de todo lo electro que me había fascinado de más joven y solo quería hacer punk o lo que sea ruidoso con guitarras, pero seguía buscando nuevas músicas y no tardé en darme de nuevo con la electrónica.

- ¿Y cuándo empezaste a hacer foco en la electrónica?

- Alguna vez, a los 15 más o menos, experimenté con un grabador Ken Brown, un teclado EKO, creo que un Casiotone y la Commodore, arriesgando unos circuit bends y sincronizando a pulso, en un set que presente en mi cuarto a un par compañeros de la secundaria y nunca más repetí. Luego de más grande hice una enorme cantidad de shows experimentales para 2 o 3 personas.

Grod aka Gerardo Morel, participa de otros varios proyectos, principalmente forma parte de Aventura del Hombre, junto a Sam Nacht (saxo) y Migma (scratch), donde aporta todo lo que es netamente electrónico, bases, algoritmos, sintes, electrónica DIY. Toca y compone también con Paloma del Cerro, han hecho mucha música juntos, trabajando como co-compositor de gran parte de su material y también haciendo arreglos electrónicos, coproducción y como intérprete en samples y sintes. Otro de los tantos proyectos en los que está involucrado es El Hilo junto a Ariadna Moreno, donde tienen un repertorio de canciones cercanas al Trip Hop y Dream Pop, también con un lado folk. ImproConcert es un grupo de improvisación humorística donde hace improvisación en estilo libre junto a 2 actores (el grupo también se ha presentado como Stereotipos con un tipo de show más experimental y sensorial), y junto a Walter Romero, cantante de tangos, han estado experimentado sobre poética arrabalera, con quien tienen material musical producido, aún inédito. Actualmente Grod también trabaja como productor, compositor y arreglista, componiendo y diseñando espacios sonoros para danza, teatro y cine.

- Has estado involucrado en infinidad de eventos artísticos culturales... ¿Qué recuerdos te han quedado de todo eso?

- Cuando comenzamos las fiestas/situaciones Niños Consentidos estaba muy presente y reciente la tragedia de Cromañón y la ciudad con su nuevo gobierno parecía empecinada en prohibir revisando cada pequeño detalle, cuando de verdad lo único que buscaban era levantar dinero con las multas. Siempre se filtraba la difusión y era costumbre que se presentara una cuadrilla de la municipalidad queriendo clausurar el local. Aprendimos a armar el sonido y probar minutos antes de las presentaciones que en rigor eran ilegales en su mayoría, todo podía fallar en cualquier momento y muchas veces sucedía, pero eso mismo era el material de la noche. Disfrutaba mucho el caos, recorrer el evento y ver el nivel al que llegaba una catarsis generalizada donde sentía que habíamos tirado unos dados mágicos invitando artistas a veces tan disímiles. Siempre pensé esos eventos como una obra en sí misma, una suerte de escultura social experimental regada de indulgencias donde parecía que todo podía pasar en cualquier momento. Tuve que mediar entre egos, comunicarme y sacar lo mejor de gente en éxtasis, o violenta o deprimida, vulnerable. Y todo eso mientras me preocupaba del sonido, el video, las luces, invitados... y además tocar o musicalizar cuando había un bache o aprovechar el silencio e intervenir de algún modo espontáneo. Creo que estar en ese lugar me dejó mucho aprendizaje en todo sentido, disfrutar el vértigo de una situación artística en desarrollo y hacer lo posible desde todos los lugares para concretarla. También me dediqué bastante a ser DJ de eventos sociales, pasando a veces música que en verdad no disfruto ni elegiría escuchar pero viví noches casi como un antropólogo aprendiendo de gustos y comunicándome con la música con diferentes comunidades, edades y estratos sociales. Ese trabajo y otros relacionados me han emocionado en el punto donde soy una especie de obrero de la diversión, de la fiesta y la verdad que conectar con tanta gente en ese momento de su vida me pareció siempre muy bello.

- Cómo surgió Grod, y Unman... qué nos viene a decir, cuéntanos en qué se diferencia con tus otros trabajos

- Fue muy importante Migma que conoce la cantidad de música que he hecho, a veces para situaciones efímeras de una sola noche, y me instó a reunir un grupo de tracks que oscilan entre beats apurados y reminiscencias folk. Ese proceso que él acompañó escuchando con paciencia y dándome sus impresiones me llevó a depurar un sonido propio, donde creo que pude plasmar mucho de lo que he experimentado en el tiempo. Desde que descubrí el jungle y el drum & bass en los 90s y la conexión que sentí con otra músicas que me fascinaban en esa época como los collages sonoros de John Zorn o los momentos afiebrados de Coltrane, Cassiber, Aphex Twin, Mu Ziq y muchos etc, toda esa locura acelerada, siempre estuvo en mí esa impronta, la descarga liberadora de todas esas músicas. A su vez también alucinaba con las sonoridades folklóricas de todo el mundo, me interesan mucho diferentes expresiones y experimentos folklóricos, pero creo que lo que más me ha conmovido es cuando he vivenciado la manifestación de esas expresiones in-situ, con todo su universo, procesiones en pueblos con instrumentos resonando en las paredes, campanadas a lo lejos, estar en medio de un carnaval con la batucada y los gritos, o esas chacareras que explotan en una guitarra, bombo y voz desgarrada con la gente bailando feliz o la calma de quedarse mirando un río y transformar el murmullo del pensamiento en parte de su sonido. En este trabajo busqué o tuve la intención al menos de reflejar esas magnitudes. Al mismo tiempo ordené los tracks en base a una especie de fantasía beatnik de un recorrido que va desde la sordidez y el aturdimiento hasta encontrar la calma entre la naturaleza, quizás comprendiendo algo nuevo... o no. Creo que muchas veces he vivido un recorrido parecido. Estoy contento por que creo que encontré un sonido que me identifica y en ningún momento busqué forzar un estilo. Quizás sea un punto de partida para nuevo material de aquí en adelante.